ESTUDIO BIBLICO REV. ELIAS PEREZ

LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO FUNDAMENTO PARA UN MINISTERIO EXITOSO EN TODAS LAS ÁREAS.

"Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…  "
http://www.youtube.com/watch?v=X3nXQCgq2qQ 

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¿Qué es la Unción del Espíritu Santo? Es  cuando un creyente entra en una dimensión de intimidad con el Espíritu Santo de manera que el Espíritu Santo mismo habita o mora permanentemente en él o ella provocando un cambio de vida de actitud y visión de la misma pues ahora ve las cosas en la perspectiva de Dios y no en la carne. 

 

La unción no es equivalente a saltos, gritos o manifestaciones físicas o hablar lenguas solamente, esa idea es errónea que ha limitado lo que es verdaderamente la unción y lamentablemente es lo que la gente ajena al pueblo pentecostal dice de nosotros.  Los dones y las manifestaciones del Espíritu Santo, como el hablar en lenguas, son señales o evidencias de la llenura o unción del Espíritu Santo pero no son lo único que identifica la unción.  La unción es intimidad seria y profunda con el Espíritu Santo que  se demuestra en la vida del creyente mediante los frutos del Espíritu.

 

Unción es la combinación de poder y autoridad espiritual impartida por Dios al creyente.  En Lucas 9:1 se ve claramente esa combinación cuando dice: “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre los demonios y enfermedades”.

 

En el idioma griego poder se traduce de dunamis que es equivalente a fuerza o habilidad para la ejecución de obras incluyendo obras milagrosas y autoridad se traduce de exousia que literalmente es el permiso delegado por alguien superior para ejecutar una acción.  Cuando se tiene la unción se tiene poder para ejecutar las obras y autoridad de parte de Dios para dominar las circunstancias.

La unción del Espíritu Santo tiene sus bases en la persona de Jesucristo, su ministerio y sus obras.  En Juan 14:12 dice “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”.  En ese pasaje se deja ver que si Jesús tiene el poder quienes creen en Él también pueden hacer dichas obras.

En Lucas 4:18-19 se nos señala el cumplimiento profético de la Unción del Mesías o del Cristo y es ese poder el que el Señor nos ha otorgado a sus siervos y siervas de acuerdo con 1 Juan 2:20 que dice “pero vosotros tenéis la unción del Santo”. 

 

La unción del Espíritu Santo es una experiencia que nos concede el Señor no para gloriarnos ni como medio de iniciación en un grupo selecto de creyentes sino se nos concede con el propósito primordial de servir mejor a la Iglesia en su misión de evangelización y edificación. 

 

Cuando somos llenos del Espíritu Santo, somos bautizados en  él y nos unge para ministrar.  Lucas 4:18-19 nos presenta el propósito múltiple de la unción del creyente en Cristo en detalle:

 

“El Espíritu de Dios está sobre mí…me ha ungido”. La unción está vinculada e íntimamente relacionada autoridad y al poder que nos da Jesús.  Esta unción proviene del Espíritu Santo, viene de Dios que nos escogió de entre las tinieblas para un propósito en especial: ser ungidos.  Unción (en hebreo es “mashach” que literalmente es frotar con aceite algo o alguien para consagrarlo) es la acción de derramar aceite sobre algo o alguien). La unción tiene propósitos y estos son claros y definidos.

 

Nos ha ungido el Señor para cumplir con seis propósitos especiales:

1.      Dar nuevas a los pobres (los abatidos) – el Evangelio son las buenas nuevas (la salvación del alma, el perdón de los pecados, la liberación de la condenación, la armonía con Dios, los pobres abatidos son los desechados, los marginados, el mundo en general (Marcos 10:46-52 –Bartimeo).  Jesús,  Hijo de David…Lo mandó a llamar…¿qué quieres que te haga?  Cuando alguno es ungido es para compartir las buenas nuevas de salvación con los que se sienten abatidos o desechados por la sociedad. 

2.      Sanar (vendar) a los quebrantados de corazón – estos son dolidos por la soledad, la incomprensión, la falta de paz, la depresión, las angustias, la tribulación, las ansiedades…Son las gentes que dicen “ya no puedo más”.  Es deber de la Iglesia ungida sanar esas heridas y no infringir más (Lucas 7:11-17 – La viuda de Naín). Mujer no llores... 19:1-10 (Zaqueo) Es necesario que pose en tu casa.

 

3.      Pregonar (publicar) libertad a los cautivos – se trata de los cautivos del pecado y de los demonios.  Son los atados por las circunstancias adversas de la vida.  Esa libertad es apertura de las cárceles espirituales que son el dolor, la soledad, la depresión, la desesperanza…Cuando dice pregonar se trata de anunciar el evangelio de la libertad a todos los que necesitan esa palabra y ejecutar la autoridad que viene con la unción para dar libertad a los cautivos (Lucas 9:37-43, muchacho endemoniado) Lo traje a tus discípulos…imposibilitado.

 

4.      Dar vista a los ciegos – no solo se trata de los ciegos físicos sino que son también los ciegos espirituales que deambulan por el mundo sin rumbo, sin fe, sin esperanza.  A esos ciegos hay que darles vista para que vean las obras de Dios y vengan a sus caminos (Juan 9:1-11, un ciego de nacimiento). Hechos 26:18. Para que abras sus ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios,  para que reciban,  por la fe que es en mi, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

 

5.      Para poner en libertad a los oprimidos  - aquí se refiere a la opresión que causa el pecado y a todo tipo de opresión que se ejerce sobre el ser humano pues en el Señor somos libres.  Hay mucha gente en el mundo que son oprimidos por la religión misma pues huyendo de las opresiones del mundo han entrado en las redes de las sectas opresoras y de religiosos falsos que en lugar de dar libertad oprimen con mayor fuerza (Juan 8:1-11, la mujer sorprendida en adulterio).

6.      A predicar el año agradable (de la buena voluntad) del Señor  - es una alusión al Año del Jubileo, el año de gozo, paz y prosperidad que Dios nos da por medio de su Unción.  Es una vida en completa armonía con Dios.  La finalidad del creyente ungido por el Espíritu Santo es pregonar, anunciar la buena voluntad de Dios y esa voluntad divina es que todo ser humano se salve y proceda al arrepentimiento para alcanzar esa salvación.

 

Obteniendo la unción del Espíritu Santo

Al saber cuál es el propósito o propósitos de la unción lo que resta es buscar esa unción.  La unción la da el Señor y la ofrece a los creyentes fieles a Él.  Según 2 Corintios 1:2 dice “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios”. Se infiere que solo las personas con Cristo en el corazón pueden tener la unción, del Espíritu Santo.  Para mantener la unción de Dios sobre nosotros hay que tener estos requisitos:

1.      Llevar una vida de devoción a Dios (1 Tesalonicenses 5:15-24)

2.      Consagrarse cada día a Dios (Romanos 12:1-3)

3.      Llevar una vida armoniosa (2 Pedro 1:3-11)

4.      Vivir en el Espíritu (Gálatas 5:16, 22-25)

 

La unción es necesaria para:

1.      Predicar con poder

2.      Hacer milagros

3.      Hacer discípulos

4.      Mantener la unidad

5.      Romper ataduras

 

Conclusión

La unción del Espíritu Santo no es para unos pocos nada más, no es para los que tienen credenciales ministeriales solamente, la unción es para la Iglesia, para los creyentes que día a día pelean la buena batalla de la fe en un mundo hostil al evangelio, en una sociedad muy difícil.  La Iglesia del Señor tiene que tener la unción del Espíritu Santo para ser una Iglesia victoriosa en el siglo 21, en una época de relativismo y apostasía la unción del Espíritu Santo nos capacita para romper las ligaduras del diablo y dar libertad a los cautivos del pecado.  Isaías 10:27 “el yugo se pudrirá a causa de la unción”.

 

El Señor Jesucristo nos ofrece la unción del Espíritu Santo pues él sabe que la necesitamos y sin ella no podemos vencer.  Para obtener esa unción hay que comprometerse con Cristo y serle fiel hasta la muerte.

 

No olvidemos lo que dice en 1 Juan 2:20 “pero vosotros tenéis la unción del Santo...”

Esa unción es el poder y autoridad para vencer las fuerzas del enemigo y alcanzar la victoria.  Siendo ungidos con el aceite fresco del Espíritu Santo seremos capaces de conducir a la iglesia pentecostal a un avivamiento glorioso antes de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo por su pueblo.

 

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